Nacido en Nantes, formado en la Escuela de Bellas Artes de París y desarrollando su carrera de ambos lados del canal de la Mancha, Jacques Joseph Tissot, es un artista importante de la segunda mitad del siglo XIX, a la vez ambiguo y fascinante.
A finales de la década de 1850, Tissot dio sus primeros pasos en la capital donde tanto su pasión por el arte japonés como sus relaciones con los círculos más influyentes, alimentaron su pintura. En el crisol parisino, en una época en la que la modernidad teorizada por Baudelaire halla su expresión debajo del pincel de Whistler, Manet o Degas, Tissot y su espíritu dandi son apreciados por la sociedad mundana.
James Tissot además de la pintura tuvo la voluntad de expresarse en diversas técnicas, como la estampa, la fotografía o el esmalte alveolado.
Después de la guerra de 1870 se instala en Londres y continúa una boyante carrera que le permite moverse por las mejores esferas.
Paulatinamente su obra se centra en la radiante y después declinante figura de su compañera Kathleen Newton, incesantemente presente en sus cuadros. La muerte de ésta en 1882 sella el regreso a Francia de Tissot.
Su carrera continúa con la descripción de las múltiples variaciones de las parisinas, objeto de un importante ciclo (La mujer en París), ]), y las exploraciones de temas místicos y religiosos, con el ciclo del Hijo pródigo y centenares de ilustraciones de la Biblia, que harán el artista inmensamente famoso en el cambio del siglo XIX al XX.
0 comments